Erase una vez un pueblo pesquero muy lejano y pequeño. En esa aldea vivía gente muy humilde y sencilla, el panadero que cada mañana vendía su pan recién hecho, el lechero que ordeñaba su vaca Casimira, el herrero que forjaba en su fragua el hierro que formaban las pequeñas y humildes chozas de la aldea. En toda el pueblo solo había un hombre que era muy muy rico el tío Federico, era avaricioso, codicioso y muy malo de todo el mundo se aprovechaba y a todo el mundo cobraba impuestos aun sabiendo que los habitantes de aquel pueblo no tenian apenas dinero para vivir.
Nuestro amigo Juanillo era bueno y bondadoso cada mañana se levantaba muy temprano y atravesaba un bosque cercano a su casa para llegar a un pequeño terreno donde trabajaba cultivando hortalizas que luego vendía y así poder sobrevivir.
Un día cuando volvía del duro trabajo al cruzar el bosque para ir a su casa oyó que alguien pedía socorro
-Socorro, socorro, ayúdenme por favor.
Entonces Juanillo fue corriendo hacia donde venía la vez y vio a un duende que había caído en una charca.
- Ayúdeme buen hombre-decía el duende, que trataba de salir de la charca sin
conseguirlo-he caído en estas charca y no puedo salir.
Juanillo sin pensárselo dos veces se lanzó a la charca y nadando llegó hasta donde estaba el duende, lo cogió y lo trajo hacia la orilla.
-Muchas gracias- dijo el duende.
-De nada amigo me ha gustado mucho poder ayudarte.
-En premio a tu amabilidad y valentía te voy a regalar algo.
-¡Oh! no es necesario de verdad
-Si, toma-le dijo el duende dándole un molinillo-.Este molinillo molerá todo lo que tu le
pidas y así siempre tendrás comida, ropa y todo lo que necesites, solo tienes que
decirle al molinillo "molinillo muele comida" y el molinillo lo hará, pero para que
termine de moler le tienes que decir la palabra mágica BARALATATABALIBA, no
debes olvidarle porque sino el molinillo seguirá y seguirá moliendo.
-De acuerdo, muchas gracias amigo.
Juanillo cogió su regalo y se fue a su casa, como era tan pobre no tenia nada que comer, entonces se acordó del molinillo que le había regalado el duende del bosque lo cogió y le dijo
-Molinillo muéleme una cena suculenta.
Entonces el molinillo empezó a moler comida, molía un pollo, verdura puré de patatas, fruta...Cuando Juanillo vio que ya había suficiente comida dijo
-BARALATATABALIBA.
Y el molinillo dejo de moler y Juanillo se fue a la cama satisfecho.
Otro día Juanillo se levanto temprano y se fue al trabajo, a la vuelta pensaba ¿y si le pidiera al molinillo una casa nueva?esta que tengo está muy vieja y llena de goteras, vale se lo voy a pedir.
-Molinillo mueleme una casa nueva, que tenga un establo para que pueda guarecerse mi
burra piruléta y un huerto y así no tengo que andar tanto cada día para ir a trabajar.
Y el molinillo empezó a construir la casa de Juanillo. Una vez estuvo acabada le grito.
-BARALATATABALIBA.
Y el molinillo paró.
Cada día se levantaba temprano y trabajaba en el huerto de su casa.
Un día pasó por allí el tío Federico y vio la casa que tenía Juanillo y pensó-- como habrá conseguido el dinero para tener esa casa tan grande si siempre ha sido muy pobre?Voy a averiguarlo. Entonces se asomo por la ventana y vio como Juanillo decía
-Molinillo mueleme la cena
-¡Ah! es ese aparato- decía el tío Federico- el que le da todo lo que tiene.Y desde su
codicia pensó: Si yo lo tuviera podría tener una casa más grande, y más barcos y
más dinero, ademas me ayudaría en la próxima travesía que tengo que hacer, pero
claro si se lo pido no me lo va a querer dar así que cuando duerma entrare en su
casa y se lo robaré.
Eso hizo el tío Federico, cuando Juanillo cansado del largo día de trabajo se acostó, el perverso tío Federico entro en su casa y le robo el molinillo.
A los pocos días el tío Federico embarco para hacer ese viaje que tenia pendiente y se llevo consigo el molinillo.
Ya lejos de tierra el cocinero del barco dijo
-Señor se nos ha olvidado la sal.
-Je, je eso no es problema yo tengo la solución
Cogió el molinillo y le dijo
-Molinillo muele sal
Y el molinillo empezó a moler sal, cuando hubieron llenado un saco entero le dijo
-Molinillo vale deja de moler
Pero el molinillo seguía y seguía moliendo sal
-Molinillo te he dicho que ya no hace falta más sal
Pero nada el molinillo no le hacia caso y seguía moliendo sal y más sal.Claro el tío Federico no sabia las palabras mágicas y solo con ellas el molinillo paraba.
El barco empezó a llenarse de sal, había sal por todas partes, el barco empezaba a hundirse y el tío Federico seguía repitiendo
-Molinillo para de moler que nos vamos a hundir.
Pero el molinillo seguía moliendo y moliendo.Entonces para no hundirse decidió tirar el molinillo al mar.
Por eso el mar está salado, porque el molinillo de Juanillo está moliendo sal y hasta que alguien le diga las palabras mágicas BARALATATABALIBA el molinillo no parará de moler sal.